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Prolonga la duración de los neumaticos: usando nitrógeno en los neumáticos la presión dentro de las ruedas es más estable, lo que prolonga su duración hasta en un 20%.
Menor perdida de presion: las moleculas del nitrógeno son mas grandes, por lo que disminuye la posibilidad de fugas con posterior variacion en la presion interna del neumatico.
Optimizan la adherencia y el agarre del vehiculo al asfalto: el neumático se comporta de forma más eficiente ya que no se deforma ante los diferentes cambios de presión. Esto se nota en las frenadas que son óptimas.
Reduce el riesgo de sufrir una ruptura en tus neumáticos: el nitrógeno es un gas más estable con los cambios de temperatura, por lo que la presión de las ruedas no se incrementa tanto como sucedería con aire convencional. Este fenómeno reduce el riesgo de sufrir rupturas inesperadas.
Mejora la maniobrabilidad del vehiculo: la estabilidad del vehículo en las curvas será la adecuada y la presión transmitida al resto de componentes, como los amortiguadores y la dirección, también mejorara.
Optimiza el consumo del vehiculo haciéndolo más sostenible: favorece el ahorro de combustible y, como resultado, es más respetuoso con el medio ambiente al minimizar las emisiones de CO2.